Saltar al contenido

XXXV Carreira popular do San Martiño 06/11/11

  • Rubén 

Me queda pendiente la crónica de la carrera del domingo. La popular que todo ourensano debe correr una vez al año y a la que nunca he llegado en buen momento de forma para hacer una gran carrera.

Afrontaba la prueba con mi tendinitis, que parece que se ha hecho un «amigo» inseparable de mis andaduras últimamente, y sin demasiadas expectativas.

Como todos los años existe una disyuntiva antes de salir: O bien caliento bien y salgo en la cola del grupo, lo que supone no poder correr hasta el km 2, o bien me sitúo en la salida 20 minutos antes y salgo en una posición acorde a mis posibilidades pero casi frío.

Elijo la opción 2, y tras un trote de 15′ me sitúo en la salida intentando mantener el calor corporal dando botes y haciendo ejercicios de tobillos.

Puntualmente se da la salida y la marabunta de gente sube hacia la estación de ferrocarril, subida dura, pero al ser al principio de la prueba todo el mundo sube bien.

Tras un par de curvas cruzamos por primera vez el puente romano, lo cual es muy peligroso porque la carretera se estrecha mucho y hay frenazos y empujones.

Pasando el km 1 en 3’45», avanzamos por la calle progreso corriendo ya con comodidad en ligera pendiente ascendente para cruzar el cartel del segundo km en 3’38».

La calle progreso da paso a una bajada por detrás de la Alameda y en un km muy rápido llegar hasta Ervedelo, ahora en 3 ’43».

Los 2 km siguientes son, quizás, los más duros ya que discurren prácticamente por zona ascendente que, aunque suave, hace mella en las piernas. Además, la parte media de la carrera siempre es la más compleja, se carece de la chispa inicial y falta todavía mucho para dar el todo por el todo.

Con todo, hago los km 4 y 5 en 3’52» y 3’53» para meternos de lleno en la zona vieja de la ciudad. Esta parte es mi preferida y aunque ya es más llevadera que la anterior, todos los años me permito disfrutarla.

Me gusta correr mirando al público a los lados sin tener que concentrarme en el ritmo. Los segundos que pierdo me los compensa con creces la sensación de correr por el centro de mi ciudad disfrutando del entorno. Hago el km 7 en 3’58» , lento pero feliz.

En el km 8, hay una pequeña subida y otra bajada, llegando al campus universitario paso la pancarta en 3’52» y me lanzo a por lo que queda.

Me encuentro bien, no estoy demasiado cansado y puedo mantener el ritmo sin problemas, hago el km 9 en 3’42» y tiro con fuerza también el décimo que es bastante durillo, y lo hago en 3’39».

Como siempre, es lo que tienen las carreras multitudinarias, cuando el fore pita el décimo todavía faltan unos cuantos metros para el final. Aprovecho para gastar mis fuerzas en un esprint de 180m a 2’55»/km y cruzar la meta en 38’29» de crono real en el puesto 300 de algo más de 3200.

Contento con mi carrera, me parece que es mi segunda mejor marca en la distancia, aunque lejos de lo que debería ser. Pena de tendón…

No tengo ritmos altos porque no los he entrenado y también me falta ese punto de saber sufrir en los km intermedios de la carrera cuando hay que echarle un par para no bajar el ritmo y dejarse ir.

Si puedo terminar al ritmo que lo hice es porque me guardé demasiadas fuerzas para el tramo final y eso hay que mejorarlo.

El tendón, como siempre, no mejora ni empeora, me deja correr pero no entrenar duro y poco a poco voy perdiendo forma en vez de ganarla y cuando debería estar para 37′ pelados , estoy donde estoy.

En fin, es lo que toca. Paciencia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *